17
años son muchos.
Día
tras día, hora tras hora. Siempre atendiéndote. O mejor dicho, tú atendiéndonos
a nosotros. No se te escapaba un suspiro, una lágrima, unos ojos preocupados.
Tampoco las risas ni la alegría. Conocías cualquier sentimiento que surgiera y,
si era el caso, tratabas de aliviar lo que pudiera afectarnos. Sabías, de ese
modo sabio que tanto te admiré, que a veces solo se necesita una caricia, un
roce, una mirada para hacer que tu compañero se sienta mejor.
Pero
17 años son muchos. Caminatas en el campo, baños de mar, paseos por el pueblo.
Y esos saltos al subirte al coche queriendo ser la primera en acomodarte en el
asiento. Allá vamos, parecías querer decir. No importaba dónde, eso te daba
igual, lo esencial era que pudiésemos emprender el viaje. Pretendías
contagiarnos de tu entusiasmo y lo conseguías. Envejecer sin olvidarse de que
jugar siempre es una buena solución ante cualquier circunstancia.
Sí,
17 años son muchos. De buscarnos constantemente, de echarnos de menos cuando
alguno faltaba, de recibir al que llegaba con la felicidad reflejada en el
alma. Un alma cuyo propósito parecía ser el de agruparnos a tu alrededor y disfrutar
del momento. ¡Si la vida es muy sencilla!, decía tu mirada.
Sin
embargo, 17 años han sido pocos para estar contigo. Quisiera poder seguir
acumulando anécdotas y aventuras. Quisiera encontrarte en casa, esperándome,
cada vez que abra la puerta. Que volvieras a sentarte conmigo en el patio para
oler las flores que tanto te gustaban. Apoyar tu cabeza en mis rodillas. Que mi
mano acaricie la calidez de tus rizos y acompase el rítmico latido de tu corazón.
Sentir ese amor incondicional traspasándome los sentidos.
Ya
no puedo verte pero te has quedado muy dentro de mí.
Mercedes
Suárez
Lindas palabras. Ellos son como ángeles y se les quiere como a unos hijos. Siempre los llevaremos en nuestra memoria y en nuestro corazon. Ánimo linda. - Claudia.
ResponderEliminarGracias, Claudia. Ya es un angelito cuidándonos desde el cielo. Besitos.
EliminarLo siento mucho ánimo y un abrazo fuerte
ResponderEliminarGracias, corazón. Muchos besitos.
ResponderEliminarqué bonitas palabras le has dedicado. recuerdo sus fotos en la página 'color caramelo', jugando con su pelota. y sí, detectan muy bien todos los estados de ánimo, son muy inteligentes...
ResponderEliminarbesos y mucho ánimo. <3
Sí, Color caramelo porque tenía el pelo de ese color antes de que comenzarán a salirle canas. Fue muy divertido ponerle voz en las ocasiones en que publicaba algo en la página. Sí que son inteligentes. Sobre todo intuitivos a la hora de relacionarse con nosotros. Todavía me maravillo de cuanto nos ha conocido y querido. En fin, me gusta pensar que se ha convertido en un angelito que nos mira desde el cielo. Gracias, Chema. Muchos besitos.
EliminarCuanto lo siento, mi Buba también estuvo conmigo 17 años, toda una vida.
ResponderEliminarHan pasado 8 años y todavía me parece verla cada vez que llego a mi casa, esperándome asomada a la ventana, me parece verla y se que está allí, siempre está allí, porque yo quiero que siga estando.
Un besazo, lo siento muchísimo.
Gracias, Curri. En verdad es muy complicado de vivir. Intento quedarme con el hecho de haberla disfrutado tanto y espero que algún día esto pueda consolarme. Un beso.
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